lunes, 8 de septiembre de 2014

Conversación de una mañana de invierno

-¿Sabés? Cuando venía caminando me atacó algo extraño, como una especie de miedo a meter la pata y perderte, ponele, o mejor dicho a que nos distanciemos en algún momento, que nos veamos sin poder encontrarnos, algo así. Es fascinante, che... Significa que me importás todavía más. Cada vez más...

-Paa... ¿Todo porque me callé un par de horas? ¡Jaja!

-Por ahí es una boludez, o sea, seguro, es algo que tengo que trabajar yo, pero para mí no hablar es algo muy fuerte. Las únicas veces que dejé de hablarle a alguien fue a mi viejo, las veces que me pegó... Yo veo al no hablar como un principio de ignorar, no querer reconocer la existencia de la otra persona, y es muy fuerte eso. Como que para llegar a eso tiene que haber un dolor o un enojo muy profundos, probablemente una mezcla de los dos, aunque sea inconciente. Pero es otra de mis tantas locuras. Yo te cuento para que sepas nomás.

-También sabés el significado malo que tiene (tenía en casa) el silencio. Pero ayer fue puro buscaroñismo (sic), cero enojo. :)

-:)

-Y creo que esa sensación de no querer meter la gamba y que se caiga el castillo de naipes viene de la mano de querer al otro. En ese punto estamos casi iguales.

-”Hasta las manos”.

-Vos. :P

-Sí, yo. Vos, no sé... Contame.

-Averigualo...

-¿Les pregunto a tus amigas?

-¡Jajaja! ¡Como si fueran a soltar la lengua!

-¿Es un desafío? Puedo ser persuasivo. (¡Anexo de mierda! Está más lindo que el otro, pero el calefactor no anda, por lo menos en este aula, y me estoy cagando de frío).

-Te lo tiro para que te rías un rato. Me acabo de golpear la frente contra un estante. Eeeeexactamente en el mismo lugar donde está el anterior palo.

-Ajajajajajajajajajajajajajajajajajaja. Perdón, pero me tenté jajajaja. Te cuento para que te rías un rato. ¿Viste que ayer dije que es peligroso dejarme entrar en librerías? Bueno, me contuve de comprar más Borges, más Cortázar, “Las ventajas de ser invisible”, “Historias de Terramar”, la “Saga de los confines” y alguna otra cosa que ahora no recuerdo y sólo me compré “Todos los fuegos el fuego” en una librería, y “El alquimista” y “Los diez negritos” para mí, junto con “El alquimista” para mi hermana, en otra librería. (Me pregunto si decir que me compré “Los diez negritos” es racista). Cuestión que ahora, después de un apenas cortado y dos facturas en el autoservicio (malísimo) de la estación de servicio de enfrente, me quedan exactamente $21,60 en efectivo, y unos $200 en la cuenta de Credicoop, hasta pasado mañana que vence el plazo fijo de la cuenta de Provincia. Me siento como en un libro. Sobre todo porque apenas recién me acabo de acordar de los $20 que tengo de causalidad en la billetera de recuerdos para sumar los $21,60. (¿Me das permiso para usar esta conversación en una nota? Es perfecta. Espero recordar toda esta mañana cuando me despierte, si es un sueño).

-¡Bienvenido a los malabares del no fin de mes! Jajaja. Yo piso en falso una vez más y cagué. ¡Y ni estamos a mitad de mes! Jajajajaja.

-Jajaja, puedo sobrevivir con $21,60 hasta el jueves, ¿o no? En la cuenta de Provincia tengo plata igual. No llego a una cirujía láser, pero no estoy tan lejos. Lo único: tengo que esperar unos días a que venza el plazo fijo. Puedo prestarte lo que necesites. Incluyendo un beso y calma.

-(¿Qué parte de la conversación abarca el permiso requerido?)

-(Calculo que la parte del silencio y del golpe, que es lo que implica un cierto grado de tu intimidad. Para el resto no sé si necesito tu permiso).

-(Concedido). Acepto el beso. La calma no me hace falta. Tengo un depa a cargo, no me altera a ese punto. Pero voy a entrenar a mi pequinés en algo pa' actuar en la rambla.

-Jajaja, no sé si pagarán por ver a una inmigrante pachorra, sobre todo siendo china. Viste que dicen que son todos iguales los asiáticos. Mala mía, el término es “orientales”.

-Dame tiempo y te salta un aro en llamas (?).

-¿El aro, ella o el libro? (A todo esto, no me respondiste si puedo preguntarles a mi hermana y/o a mi curandera sobre tu relación con “la relación”).

-¿Qué relación? :P. Jajajaja.

-Tu nivel de “hastalamanez” con tu no novio.

-A lo solicitado no ha lugar.

-Acepto y no apelo. Me parece razonable. (No viene más la profesora che. En diez minutos me las tomo. Por lo menos nos pusimos de acuerdo con una compañera y levantamos todas las persianas en busca de una sensación de calidez para combatir el frío). Por otro lado, te dejo trabajar. Te noto atareada (?).

-Jajajaja. Voy por el segundo termo de mate con los chicos. “Ando buscando documentación”. Hasta después de las 11.00 que me llame el obtuso del Banco Provincia no puedo hacer nada.

-Obtuso... A la mierda, nos pusimos de acuerdo con mi compañera y, aunque vale mencionar que logramos la sensación de calidez, nos cansamos de esperar. Hoy me siento asquerosamente vivo, che, a pesar del frío.

-¿Por qué asquerosamente? El frío no lo cuestiono.

-No sé... Creo que a veces no está tan bueno pensar tanto. Quizá es mejor vivir y ya. Me fui. Hora de despertar. Beso.

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