lunes, 18 de junio de 2012

Alas de papel

¿Por qué de papel? ¿Qué tiene de curioso el papel? Pues sobre papel uno puede proyectar simplemente casi todo. Cuando uno quiere describir algo, un sueño o anhelo, por ejemplo, busca palabras o imágenes que intenten acercarse a la realidad y, para que viva mejor el recuerdo, puede plasmarlo en un pedazo de celulosa procesado.
Cierto es que es frágil en soledad; quien intenta romper un bloc de hojas, en cambio, se encuentra con un interesante desafío. Si se arruga, dobla, corta o rompe puede no ser simple de reparar, si acaso se puede. Hay muchas cosas en la vida que no pueden repararse. Sin embargo, hay ''marcas de batalla'' que pasan a caracterizar a aquel que las lleva. Cada choque contra la pared es un aprendizaje más.

¿Por qué alas? Pues un par de alas tiene asociada libertad y puede tomar esos vientos que sacuden tanto para llegar más y más alto. Por supuesto que en algún momento tiene que bajar, pero tan solo imaginarse la perspectiva que se puede lograr desde ese magnífico lugar... Aunque baje, no puede olvidar lo que experimentó, lo que ya es parte de sí porque está impreso en su memoria. A lo mejor, también sobre papel. Además, las alas me resultan atractivas o me enamoran de cierta forma, se podría decir.

Quiero que seas mis alas de papel...
Quiero que me lleves tan alto como se pueda llegar...
Quiero aprender cada día...
Quiero poder entregarme y saber que sin vos caería...
Quiero que me hagas libre y que seas mi libertad...
Quiero poder leerte, quiero poder entenderte...
Quiero que puedas secar mis lágrimas...
Quiero que seas frágil, para poder protegerte...
Quiero que con una suave brisa, una caricia, puedas sostenerme...
Quiero que seas fuerte, para poder contenerme...
Quiero que seas una y un millón de experiencias, que no pueda borrarte...
Quiero que seas simple y a la vez fascinante...
Quiero que me hagas apreciar ser caminante...
Quiero que seas misterio y descubrirte...
Quiero que sientas mi luz...
Quiero que seas fuente de calor...
Quiero descansar en vos...
Quiero escribirte, confiarte mis sueños, confiarte mi todo...
Quiero que me atraigas y enamores cada vez más de tu amor...
Quiero que seas mi sostén, mi guía, quiero que marques mi rumbo...
Quiero que seas mi ''de donde vengo'' y mi ''hacia dónde voy''...
Quiero que seas parte de mí siempre...

Tu vida y tu mirada ya están grabadas dentro de mi piel...
Quiero que seas mis alas de papel...

lunes, 11 de junio de 2012

A-sombrarse

De vez en cuando, revisando algunos papeles o archivos, tratando de hacer limpieza, me encuentro con cosas de hace ya un tiempo cuya existencia no recordaba. En algunos casos la limpieza funciona y decido tirar cosas que realmente resultan inútiles; en otros, más de lo que yo creería en otras circunstancias, termino por hallarme en un viaje de tiempo y con los ojos y la boca bien abiertos. Debo reconocer, de todos modos, que me resulta interesante mi capacidad por fascinarme, maravillarme, sorprenderme con cosas que muchas personas pasarían por alto.

Algunos podrían decir, con razón, que por momentos me paso de hinchapelotas con los detalles. Me pregunto qué dirían si supieran todas las cosas que callo. Y sin embargo, más allá de uno que otro dolor de cabeza que dicha capacidad pueda generarme, a lo mejor por enroscarme mucho (conmigo mismo más que nada), es una cualidad que disfruto. Me ayuda, en general, a no aburrirme en casi ningún momento.

Digo ''en general'' porque por supuesto que llego a aburrirme. Incluso puedo llegar a sentirme aburrido con mi vida al sentir un vacío generado por añoranza, algún que otro día. Dejando eso de lado, hasta esos momentos me resultan fascinantes, porque me permiten intentar hacer una ''limpieza'' personal, mirar atrás y quizás hasta evaluar progresos en ciertos aspectos.

Puede ser cierto que hace dos años, por decir algo, era más feliz. Creo que estaba más conforme o me sentía más realizado con mi forma de ser. Se podría decir que tuve la dicha de pasar algunos meses siendo exactamente la persona que siempre quise ser. Suena loco, ¿verdad? Especialmente porque, si uno alcanza esa meta, no imaginaría que le gustaría cambiar. Pues claro que no me gustan algunas cosas que han pasado en estos dos años. Varias, incluso. Vale destacar que yo no busqué cambiar. Ciertas situaciones se escapan de nuestras manos, lo que no es nueva información para nadie. De todas formas es bueno reconocerlo. Como sea, así y todo, extrañando un poco ese hermoso sabor de felicidad casi plena, soy muy consciente de que así como es muy probable que me haya cerrado en algunos aspectos, también he crecido mucho en otros.

Y recién ahora, después de cuatro párrafos que ni siquiera estoy seguro de haber diferenciado correctamente, llego a la idea que me ronda desde hace algunas semanas. No es una idea propia, claro está. Eso es lo lindo de tener personas admirables acompañando en el camino. Sin darse cuenta y hasta olvidándose, te pueden tirar la justa. Incluso me resulta sumamente interesante que más de una persona me haya tirado la misma idea, por separado. Oscuridad interior.

¿Qué quiero decir? No hablo de maldad ni cerca. Es eso, oscuridad; cosas que no dejan ver la realidad tal cual es. En esta ocasión me atrae la idea de la oscuridad que no deja verse a uno mismo tal cual es. Entonces entra el juego de palabras que encabeza estas líneas. Asombrarse uno mismo. A-sombrarse. Es decir, dejar de lado esa oscuridad para poder apreciar la belleza que cada uno encierra. Sin ninguna intención de parecer narcisista, tengo la dicha de descubrir esto, como no podía ser de otra forma, a través de otras personas, que me demuestran que poseo potencialidades que yo desconocía.

Lo sé, lo sé. No es nada nuevo. Seguramente ya lo dije más de una vez. Pero no puedo dejar de sorprenderme por lo hermoso de esto. Es decir, año tras año, cuando ya no creo posible dar más, alguien me lo pide porque cree en mi. ¿Qué opción tengo, si no intentarlo? Y así como así, me enseñan a creer y dejar mis sombras de lado. Me quieren y me dicen que yo puedo quererme un poco más. ¿Qué puedo decir? Si alguien me hubiese dicho hace siete años que hoy estaría en el lugar que estoy, comprometido con las tareas que me proponen y con gusto asumo, no lo hubiese pensado posible. Y sin embargo, estoy aquí.

Miedos, preocupaciones, vergüenza, inquietudes, resentimiento, dudas, dolor, tristeza, egoísmo, soberbia, conformismo, comodidad, etc. Sean cuales sean las sombras que tengas encima, a partir de ahora (y no porque yo lo diga, sino porque me lo han demostrado), creé en vos. Podés a-sombrarte, sacarte de encima esas sombras y, con una sonrisa, asombrarte con la luz que tenés para dar. Es mucha más de la que podés imaginar.

lunes, 4 de junio de 2012

El milagro que hay en vos

Otra vez despierta el sol
que me invita a levantarme
aunque hoy no tenga ganas
de salir de este colchón
Con esfuerzo al fin me paro
y repaso la rutina
que me ayuda a protegerme
del dolor en mi interior
Pero aún me acecha ese sueño
que no llega a concretarse
y aunque no sea real me aferro
Sólo me queda el recuerdo
y el milagro que hay en vos

Porque volver el tiempo atrás
es tan solo una ilusión
No podés pegar la vuelta
cuando el barco ya zarpó
Hay que darle pa' delante;
aprender en todo instante
Cada día es un misterio
que nos hace renacer
Y si te cuesta darte cuenta
de lo mucho que valés
Asomate a un espejo,
ve en tus ojos el reflejo
del milagro que hay en vos

Cada risa es un regalo
Un tropiezo no es caída
Cada abrazo es un momento
de unión íntima y sincera
Cada piedra forma parte
de tu escalera hasta el cielo
Y si tus piernas se cansan
tenés alas de refuerzo
Escuchá siempre el sonido
de tu corazón latiendo;
marca el ritmo de tus pasos
y con fuerza anuncia siempre
el milagro que hay en vos